jamas nos conformamos con lo que tenemos vemos al del lado y deseamos lo que posee pero, seamos agradecidos como somos existe tanta tanta gente que sufre y solo quiere paz
Como dice Carlos, nunca estamos satisfechos con nuestra suerte en la vida, miramos al vecino y creemos que es más feliz. ¿Cuándo aprenderemos a ser felices con nuestro espacio y posibilidades? En pocas palabras...Has expresado mucho, como siempre me sorprendes Sandra. Un beso.
Carlos, esa es la reflexión que me llevó a escribir este pequeño pensmamiento, no me atrevo a llamarlo poema. Y no es que piense que el inconformismo no sea , a veces necesario,pero quien así se pasa la vida no suele ser feliz.
Espero volver a verte por aquí.Veo que has hecho algunos cambios en tu blog.
Sibyla, hace poco leí una historia en la que le preguntaban a la mujer si su marido le hacía feliz y esta contesto que no (para sorpresa de su marido), entonces dijo que ella era feliz que su felicidad no dependía de nadie sólo de ella misma.
Está muy resumida la historia, si te interesa te la envío por mail queáun la tengo. Un abrazo enorme Sandra
Sandra, estoy totalmente de acuerdo con esa historia, uno tiene que ser feliz por sí mismo, encontrando su propio espacio.Además si uno no es feliz no puede hacer feliz a los que le rodean. El marido puede contribuir a esa felicidad, pero de nosotros depende conseguir la felicidad personal. Gracias por tus palabras. Un beso.
El pájaro manso moraba en la jaula, y el pájaro libre en el bosque. Pero el destino había cruzado sus sendas. El pájaro libre cantaba:”Amor, volemos al bosque”. El pájaro enjaulado decía suavemente:”Ven tú aquí; vivamos los dos en la jaula”. Decía el pájaro libre: “Entre rejas no pueden tenderse las alas”.”¡Ay!”-decía el pájaro preso-¿sabré yo posarme en el cielo?” El pájaro libre cantaba: “Amor mío, entona tus canciones al campo”. El pájaro enjaulado decía: “Permanece a mi lado; te enseñaré la canción de los sabios”. El pájaro libre cantaba. ”No, no; nadie puede enseñar una canción. El pájaro enjaulado decía: “¡Ay!” No puedo escapar. ¡Mis alas están muertas!
9 comentarios:
jamas nos conformamos con lo que tenemos
vemos al del lado y deseamos lo que posee
pero, seamos agradecidos como somos
existe tanta tanta gente que sufre
y solo quiere paz
saludos
breve y gigante, placer leerte.
Un abrazo Gus.
bien escrito. Bien dicho.
Tu Viktor
Como dice Carlos, nunca estamos satisfechos con nuestra suerte en la vida, miramos al vecino y creemos que es más feliz.
¿Cuándo aprenderemos a ser felices con nuestro espacio y posibilidades?
En pocas palabras...Has expresado mucho, como siempre me sorprendes Sandra.
Un beso.
Carlos, esa es la reflexión que me llevó a escribir este pequeño pensmamiento, no me atrevo a llamarlo poema. Y no es que piense que el inconformismo no sea , a veces necesario,pero quien así se pasa la vida no suele ser feliz.
Espero volver a verte por aquí.Veo que has hecho algunos cambios en tu blog.
Gracias por pasarte.
UN abrazo
Gus, gracias amigo por dekar huella.
Un abrazo
Sandra
Gracias Viktor
Sibyla, hace poco leí una historia en la que le preguntaban a la mujer si su marido le hacía feliz y esta contesto que no (para sorpresa de su marido), entonces dijo que ella era feliz que su felicidad no dependía de nadie sólo de ella misma.
Está muy resumida la historia, si te interesa te la envío por mail queáun la tengo.
Un abrazo enorme
Sandra
Sandra, estoy totalmente de acuerdo con esa historia, uno tiene que ser feliz por sí mismo, encontrando su propio espacio.Además si uno no es feliz no puede hacer feliz a los que le rodean.
El marido puede contribuir a esa felicidad, pero de nosotros depende
conseguir la felicidad personal.
Gracias por tus palabras.
Un beso.
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