domingo, 26 de junio de 2016

EL VERANO TOMA CUERPO

Somos de verano y de viento, de horas cansadas;
siempre quise sumergirme en el agua de tus ojos.
Somos mediterráneos atrapados en un Sorolla. 

Me he quedado con pedazos de verano entre los huesos,
con calor y  arena de corales en el vientre…. 

<< Tú, ausente, con las rutas grabadas en las palmas
y el aroma de un orgasmo impregnado en la mirada >> 

Camino con esta poesía que se precipita;
por el filo de los labios,
el cortante amanecer de la noche,
el insomnio de los sexos insaciables.

Es de junio la ventana de los días largos,
nubes sin tormenta
y silencios que subyugan la calma,
descoyuntan la fiebre que necesitamos en invierno
y la fría losa de una muerte
que repta bajo la falda. 

Han abierto las alas los albatros
y nosotros
peregrinamos la fatiga de la síntesis incierta.
Dejemos abierta la puerta de las bestias
que llevan una eternidad bajo llave
a la espera de un suicidio.


Oleo de Joaquín Sorolla



4 comentarios:

mailconraul dijo...

Todo sugerente y sugestivo, hasta el encabezamiento y la piel de los sorollas... ¡Cuerpos de verano, en esa letanía de sol y mar!

lunaroja dijo...

Precioso poema con la luz de Sorolla, magia pura.

María dijo...

Te debo mil besos, mil gracias y mil millones de palabras que sabes siempre es un inmenso placer compartir contigo mi querida SANDRA, solo deseo que tu verano ( ya en tiempo de julio) sea como este escrito tuyo ... de cuerpo entero, fuego incandescente suavemente helado, de Soroya Mediterráneo, de brisa al atardecer que borre el frío invernal de la mente ( si ataca alguna vez) y de esa magia exultante que desprenden siempre tus palabras cuando nos abrazan a todos aquí en tu casa y donde sea que nos las regales...

Precioso SANDRA!

No dejes de escribir jamás, por favor ;)
Muy muy feliz verano!!!


Un beso con toooodo el cariño que sabes te tengo mi cielo !

patapalo dijo...

Parece que es verano cuando se liberan nuestras bestias. Ya sabes:

La playa se desnuda y la operación retorno comienza con una procesión de cuerpos tatuados de sol. El viento fresco se levanta, los niños empapados de mar suplican quedarse en la orilla. Un barco ardiendo se hunde en un sueño. El sol se despide, trazando la linea roja que nos une y la noche se repite, encendida, sonriendo a quien la mira.

Feliz verano.