lunes, 28 de abril de 2014

LA PROMISCUIDAD DE LAS PALABRAS

 
Foto: Miguel Vidal
 
 
 


Habítame.
Creo que ya te lo dije,
lo escribí. Mórame.
Nunca con este verbo
te lo dije.
¿o sí?
No recuerdo. La memoria
se oxidó en algún momento
y las letras.
Somos una prolongación
de palabras,
-inconexas-
el aborto de una frase.
Promiscuidad.
Busca mi boca,
me atraganto de sílabas.
Ocúpame.

7 comentarios:

lichazul dijo...

el final lo habría escrito con K

las palabras son ambiguas y tuercen generalmente su destino
y nosotros con ellas

besitos

De barro y luz dijo...

Tartamudeo inconexo de palabras vacías de significados anhelados... mejor el silencio ¿no?


Bss

Trini Reina dijo...

Con este ruego no cabe duda la ocupación.

Magnifico

Besos

lunáticasuicida dijo...

Qué petición tan suculenta.

Julio Alcalá Neches dijo...

La promiscuidad es una forma de vida peligrosa incluso para las palabras.
Pero todo el mundo debe ser libre de elegir un camino u otro.
Y al final paradójicamente todos acabamos siendo enormemente fieles a nuestro destino. Hasta nuestras palabras.

Un beso.

patapalo dijo...

Un preciosa declaración de intenciones.

Abrazo!!!

Unknown dijo...

Me ha gustado mucho Sandra. Fiel a tu linea.
Sobre todo me ha gustado mucho la primera parte del poema

Besos