Imagen: Cartier-Bresson
No cesan,
no para ese
murmullo que rompe mi silencio;
palabras
llanas,
palabras
vacías,
palabras y
más palabras que taladran el sosiego.
Nadie entiende
esta necesidad tan mía,
nadie capaz
de comprenderme hueca.
Si, soy
cruel;
quiero
pasear por mis paisajes internos
un interior
que precisa de distancias
de encontrar
refugio en su ciudad cautiva.
Continúan
las voces
y yo con mi
carencia,
con esas
ganas de suicidio.
Desaparecer
entre la espuma de una ola,
acurrucarme
dentro de una caracola,
salir
corriendo con rumbo a ningún sitio
¿dónde se
esconde el silencio?
Quisiera encontrar
el lugar donde la nada,
donde las
algas me arropen y tararen la canción de los sueños.
No cesan,
no cesan…
el azul es
un agujero sin memoria
y las nubes
pedazos de algodón para la herida.
Quisiera ser
aquí,
solitaria y virgen como los prados.
9 comentarios:
las palabras nos persiguen, nos acosan, nos asaltan
ellas nos llevan en volandas imposible silenciarlas aún nos perdamos en el adentro y nos hagamos ostras , ellas no nos sueltan
besitos y buena jornada Sandra
pd... ellas se hacen rumor de agua y sin agua no hay vida
A veces es bueno hablar y romper todos los silencios.
Un beso, Sandra,
En lo inabarcable del poema hay un lugar para el suicidio y la reconciliación con las nubes.
¡Una auténtica belleza en tu interioridad!
¿Has probado a ponerte tapones? ?A cortarte de un tajo orejas y esperanzas?
Abrazos, siempre
**catorcemil prados
no eran vírgenes
ni asomo de serlo
**un silencio pertinaz sí fue. Pero puedes abatirlo, Sandra**
Abrazo enorme
No hay peor suicidio que el silencio... Viven las palabras, sienten los versos...y vivimos.
Bss
..."salir corriendo sin rumbo a ningún sitio"...
Cuantas veces, Sandra, cuantas veces.
Magnífico poema, tan identificable
siempre besos
Quiero quedarme para siempre en este poema
Publicar un comentario