sábado, 15 de noviembre de 2014

SANA, SANA, CULITO DE RANA

 
Foto: Cartier Bresson
 
 
Huele a antiséptico.    
El olor de la sangre seca
se impregna a la ropa
y deja su rastro por todas las habitaciones.
 
Huele a frio, a blanco frio, a verde frio.
No, así no huele la esperanza.
Tal vez un depósito de cadáveres
o un frigorífico con fiambre de bueyes.
 
Una cortina siega la estancia,
corta una a una las voces
y un tragaluz me devuelve el reflejo
de un día frio.
Afuera llueve,
las nubes cubren al sol de la inocencia
y adivina bisturíes.       
Ella duerme,
su inconsciencia es el bálsamo,
sus despertares piden agua
Su madre impotente
no puede tener su sed,
no puede besarle agua.
 
Una lluvia de cuchillos
cercan el miedo.
                                          
(Sana, sana, culito de rana, si no te curas hoy te curaras mañana)       
                                     
Todo irá bien. Los extraños verdes son ángeles
y el dolor de los niños frágil en el recuerdo.

17 comentarios:

P MPilaR dijo...

*y hiede
porque hiere
sin aroma
la certidumbre espesante
del dolor.
ahí, ni verde esperanza.
hiede, Sandra*


abrazo enorme

Julio Alcalá Neches dijo...

La madre no puede "tener su sed" ni detenerla tampoco.
Un beso.

lichazul dijo...

cuanta ternura
cuanta fragilidad
y cuanta impotencia provoca la realidad

buen fin de semana Sandra
besitos

Amapola Azzul dijo...

Este poema araña, Besos.

Y duele¡¡

mailconraul dijo...

Has devuelto la Inocencia a un Sol que vuelve a sangrar; y has abierto el cadáver de la dignidad para decirnos que hay esperanza detrás de la herida, aunque la esperanza sea la última consolación de la fragilidad.
¡Todo irá bien si partimos hacia la creencia de los Ángeles verdes, a través del bisturí y la sed!

mailconraul dijo...

Es muy fácil hablar pero hay que tener fe, porque un hombre sin fe es como un escualo sin dientes...

Sandra Garrido dijo...

Pilar,
Ya sabes que el dolor de un hijo, más débil o más fuerte, es dolor de madre.

Un abrazo

Sandra Garrido dijo...

Chés,

Los humanos somos de las pocas especies que procuramos protejer a nuestras crías tras el destete. Y seguimos haciéndolo hasta la muerte. Y querríamos sufrir su dolor, cometer sus erróres... gran error el nuestro. De estos humanos tan imperfectos.

Un abrazo

Sandra Garrido dijo...

Elisa, Dramatizo,
al llevar a la poesía las sensaciones se agigantan, y nos adentramos en lugares casi inexplicables para uno mismo.
Siempre nuestros hijos nos prodecen ternura, y cualquier herida que se hagan al caer nos duele.

Besos

Sandra Garrido dijo...

Amapola,

Quedate con el último verso, tenemos ángeles de la guarda, semidioses que nos "alargan la vida" que nos "mejoran la existencia", lejos de esta experiencia que no ha sido de gravedad, llevé el poema a dramatizar una situación que bien puede ser el pan de muchos.

Un abrazo

Sandra Garrido dijo...

Raul,

Siempre me dijo mi padre. Todo tiene solución menos la muerte. También es fácil decir eso cuando realmente no se está padeciendo. Es muy cierto lo que dices, la fe ayuda, sea en lo que sea, cuando uno deja de creer en lo que crea suele tirar la toalla y toda voluntad por el retrete.
En este caso, el miedo, la incertidumbre, la protección a un hijo, crece. Es una espuma que rezuma por dentro... como decía antes, somos de las pocas especies que cometemos esos errores. Será nuestra condición de humano. Y acrecentamos los problemas bloqueamos soluciones.

Como me alegro que no te quedes en la superficie y te sumerjas en las arenas movedizas del poema.

Un abrazo

De barro y luz dijo...

Un frío presagio recorre la columna vertebral de tu poema.... sobre el tapete verde se juegan la vida los cuchillos.


Bss

Charles Alcaraz dijo...

"Una lluvia de cuchillos
cercan el miedo."

Que lindos e impactantes versos.

Un saludo.

Joaquín Galán dijo...

Imagen y poema nos recuerdan que en el mundo sigue existiendo la miseria y que para algunos seres la esperanza no pasa de ser una bonita palabra."Las nubes cubren al sol de la inocencia..." y lo hacen todos los días en alguna parte del mundo.

Esa frase que tanto hemos oído de pequeños y que da título a tu poema, en este caso concreto es grito de angustia ante la impotencia.

Un abrazo.

Verónica Durán González (dientedecoral) dijo...

ponle música a esta nana. Ya la tiene lo sé, pero por favor: ponle música.


Un besazo.

María Socorro Luis dijo...

Que angustia e impotencia cuando un niño sufre, sobre todo cuando bebé que no sabe decirte que le duele. Un poematestimonio para las madres. He revivido muchos momentos.

Unabrazolarguísimo

Amando García Nuño dijo...

Cada vez ignoro más el olor de la esperanza. Pero, visto lo visto, casi prefiero un frigo con fiambre de bueyes
al verdor angelical. Parece menos falso, una mentira más cotidiana.
Abrazos, siempre