No se oyen voces.
No vienen nuestros muertos a visitarla.
O tal vez si.
Ayer me dijo que había alguien más
en la habitación.
Los frutos de la morfina y el sedante
comienzan a madurar
y todo el suelo
va despedazándose lentamente.
Los licores no prenden
y la mecha esta bajo mínimos,
una llama incandescente
aviva la esperanza agónica.
Porque los sueños
no pueden tenderse
con pinzas débiles
cuando azota el vendaval.
MAGIPOEMAS 57
Hace 22 minutos
6 comentarios:
Hemos de aceptar lo débiles que son siempre las pinzas.
Un abrazo.
este me lo guardo para mis tardes de geriatría. me gustó mucho Sandra, muchísimo, los últimos versos son inmensos.
un fuerte abrazo guapa.
es impresionante..sencillamente, es todo tu dolor al desnudo,y todo tu talento para dejarnos maravillados.
Chés, David, Luna... mi abrazo inmenso.
No sabéis hasta que punto me hacéis bien,
esta poesía para mí MUY NECESARIA.
Verter el dolor en la escritura es mi versoterapia particular.
Ojala el último pensamiento antes del sueño sea siempre bonito.
Un beso enorme Sandra.
Despues, será la luz, Sandra? Esperemos que sí. Besosbesos
Publicar un comentario