Daisuke Yokota
¿Qué será de los muertos cuando estemos vivos?
La nieve ha cubierto el verano. Un inverno perpetuo nos
acecha.
Desaparecen los horizontes;
de blanco, helado e impoluto, de blanco vacío,
un mar escarchado nos anega.
Mezquinos y egoístas nos arrebatan los dioses el último
deseo.
Cubre esta necesidad de brasas, recoge mis pedazos,
reconstrúyeme en Jacaranda
en ramillete de nidos o en bostezo de horas quietas.
Cúbreme con la piel de tus labios
será menos frío este verano que araña los filos,
que rueda por una pendiente
congelada.
¿Dónde la serenata de los grillos,
dónde la siega de la avena, del trigo, la cebada,
dónde el pan y el agosto. Dónde
el canto del mar?
Acostumbramos a nutrir nuestras miserias,
a cavar hondo sin enterrar los hueco.
Huéspedes malditos. Vagabundos de la oscuridad,
aderezamos de sombras y poesía el último silencio.
Ven, sopla en este rescoldo muerto de frío,
regala tu aire, tu corazón de viento
y acerca tu caricia a este papel de estraza arrugado.
Todo sigue blanco. Infinitamente blanco.
Nosotros haciendo un máster en caída libre
sin parapente .