Amables son tus labios.
Amables y generosos
se ofrecen abiertos a explorar
todo cuanto nos compromete
y nos derriba.
Hazlo. Enajename y bucea
los fluidos de mi vientre
hasta dejarme exhausta
e indefensa.
El pájaro manso moraba en la jaula, y el pájaro libre en el bosque. Pero el destino había cruzado sus sendas. El pájaro libre cantaba:”Amor, volemos al bosque”. El pájaro enjaulado decía suavemente:”Ven tú aquí; vivamos los dos en la jaula”. Decía el pájaro libre: “Entre rejas no pueden tenderse las alas”.”¡Ay!”-decía el pájaro preso-¿sabré yo posarme en el cielo?” El pájaro libre cantaba: “Amor mío, entona tus canciones al campo”. El pájaro enjaulado decía: “Permanece a mi lado; te enseñaré la canción de los sabios”. El pájaro libre cantaba. ”No, no; nadie puede enseñar una canción. El pájaro enjaulado decía: “¡Ay!” No puedo escapar. ¡Mis alas están muertas!
2 comentarios:
Me dediqué a la mendicidad por un poco de generosidad, no quería monedas sólo labios para explorar fluidos.
El generoso no quiere nada a cambio y la necesidad hay que pedirla. No creo que pedir sea mendigar.
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